El Gaviero
Agua Virtual
Por Omar Williams López Ovalle
El experto hídrico y docente del King’s College de Londres, ha ofrecido un trabajo pionero decisivo para la comprensión y transmisión de temas relevantes del agua, según el Instituto Internacional del Agua de Estocolmo (SIWI).
El británico John Anthony Allan, fue galardonado con el Premio del Agua de Estocolmo 2008 por su invención del “agua virtual”, modelo matemático que es capaz de medir con alto grado de precisión el consumo real del agua por persona de acuerdo a la región en donde vive.
Para su concepto de “agua virtual” desarrolló un modelo que mide la cantidad de agua empleada en la producción de alimentos y productos de consumo.
Mediante sus cálculos, Allan concluyó que un habitante de un país desarrollado como Estados Unidos, puede consumir 7 mil litros de "agua virtual" por día. Es decir, tres veces más de lo que consumiría un asiático. Otras de sus estimaciones han invitado ya a la reflexión para el establecimiento de mecanismos y políticas públicas para el uso racional del agua.
El científico establece que para que sea posible una sola hamburguesa es preciso gastar unos 2.400 litros de agua. En esa cantidad estarían incluidos los litros necesarios para poner en marcha su proceso de producción y su comercialización. Es el caso de una taza de café, Allan dice que se invierten 140 litros, en donde se contabilizan la cantidad que se destina al riego de la planta, a la manufactura del producto, su empaquetamiento y todo el camino que sigue hasta llegar a la mesa del consumidor.
Su teoría ha generando desde su divulgación, una serie de reflexiones que han permitido despertar el interés y la conciencia en varias regiones del planeta, especialmente aquellas en la que la escasez del líquido constituye ya un problema de seguridad nacional.
Según las estimaciones de la ONU, en el año 2020, más de 250 millones de personas van a sufrir la escasez de este vital elemento. La aplicación del concepto de agua virtual potencia el uso del comercio para aliviar su falta en algunas regiones y emplearla de forma más eficaz en los recursos hídricos.
Este modelo ha permitido medir con excepcional precisión el agua empleada en productos de muy alto consumo en el mundo, por ejemplo, para la elaboración de una taza de café se requieren 140 litros de agua; para la producción de un litro de leche demanda 3 mil litros derivados del complejo desarrollo que lleva a obtener un litro de leche.
Es necesario gastar 2 mil 400 litros para fabricar una sola hamburguesa; 2 mil 500 litros se usan para que sea posible un trozo de queso de 500 gramos.
De esta forma es preciso entender que la gente no sólo consume agua cuando bebe o se ducha o lava su auto o riega el jardín. Así lo ha demostrado el profesor británico, John Anthony Allan, con su teoría de agua virtual.
Las materias primas que requieren el uso de un gran volumen de este preciado líquido se podrían importar de lugares con gran índice de recuperación de agua. Así se podrían evitar desigualdades como que un estadounidense consuma cada día 6 mil litros de 'agua virtual', casi el triple que un chino. Por ejemplo, en lugar de utilizar mil litros de agua para producir un kilo de trigo, un país con pocos recursos hídricos puede tratar de importarlo.
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