lunes, 9 de julio de 2012

El Gaviero "La Otra Puerta"


El Gaviero
La Otra Puerta


Por Omar Williams López Ovalle

Los suicidios parecen inevitables.  Es una condición social impuesta por el desarrollo, la industrialización, dicen unos; otros, hablan de falta de amor y otros más dicen que son ocasionados por el comportamiento químico equivocado de nuestro organismo.  Como quiera que sea, resulta una verdadera desgracia el hecho de que una persona se quite la vida y más si en determinado momento pudiera evitarse.
El macabro conteo apunta ya 62 personas al día de hoy, con nombres y apellidos, familia, amigos.  Pero estos 62 se suman a los 98 registrados en el 2011 y a los 54 en el 2010 y así podemos sumarle los que se han dado año por año, quizás porque se ha vuelto una conducta social, espero yo que no sea  tolerada, espero sinceramente que aún nos conmuevan las noticias de cada de estos casos y aprender en cabeza ajena, como diría mi abuela.
En el país, se registran un promedio de 5 mil suicidios cada año, una tasa muy elevada a nivel internacional, y como en cualquier otro país del mundo, nadie sabe a ciencia cierta la razón por la que una persona decide quitarse la vida.  Hay quienes dejan recados póstumos explicando sus razones, pero desde una perspectiva de salud pública, nadie hasta ahora ha planteado un parámetro preciso que nos permita dirigir los esfuerzos institucionales para erradicar el fenómeno.
No obstante, en los exámenes periciales practicados a los cuerpos y analizando algunas características de los autoinmolados, se pueden determinar algunos datos muy interesantes, como por ejemplo,  el que los hombres son los que más se suicidan estableciéndose en promedio que de cada 10, ocho son hombres y dos mujeres.
La mitad de los suicidas acusa dificultades económicas; una quinta parte se le relaciona con discusiones familiares; una décima parte por fracasos sentimentales y el resto otras causas que podrían ser solo el detonador de un cúmulo de factores que inciden en la salud mental de las personas.
La mayoría de los suicidios ocurren en las casas de los suicidas, se estima una proporción del 80 por ciento que elije su propio hogar como lugar para atentar contra su vida, el resto elige la vía pública u otros lugares.
Otro dato muy interesante es que nueve de cada 10 suicidas habita en las ciudades mientras que el otro porcentaje vive en zonas rurales y la forma más socorrida para quitarse la vida es por ahorcamiento; 7 de cada 10 escoge este método para acabar con su existencia.
Aquí nuevamente el llamado a la sociedad en general para que atendamos, unidos, esta grave enfermedad que afecta, no solo a los propios suicidadas sino a sus familias a su entorno, la huella que dejan es muy profunda y el daño, irreparable.

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