lunes, 4 de abril de 2011

El laberinto Escrito por Omar Williams López Ovalle

Las Naciones Unidas desde el año 1977, determinaron que el 8 de marzo se celebre, el Día Internacional de la Mujer, para destacar la importancia de su participación activa y la situación de igualdad de la mujer considerado además su determinación en la consecución de la paz y el progreso social, y como un merecido reconocimiento por su invaluable contribución    a la paz y la seguridad internacionales.
Algunos historiadores nos dicen que, el día Internacional de la Mujer fue propuesto por la alemana Clara Zetkin en 1910, quien fue integrante del Sindicato Internacional de Obreras de la Confección, durante el Congreso Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, Dinamarca. Ella anteriormente ya había participado en pro de la mujer en 1886, asistiendo al Congreso de la Segunda Internacional Socialista en París y defendiendo el derecho de las mujeres al trabajo y a la participación en asuntos nacionales e internacionales, así como también, exigía la protección de las madres, las niñas y los niños.
La razón para elegir el 8 de Marzo como el Día Internacional de la Mujer, es en relación a varios sucesos que ocurrieron por esa fecha pero en distinta época; uno de ellos es el de un grupo de costureras de Nueva York, que en el año de 1857 apoyadas por su sindicato, decidieron tenazmente ocupar la fábrica textil en donde laboraban, para exigir igualdad de salarios y una jornada de trabajo de 10 horas; lamentablemente este movimiento terminó con un incendio en el que murieron 146 costureras y otras más resultaron heridas.
Este día se conmemora, con base a movimientos y luchas en el ámbito laboral, a fin de ser respetadas, hoy en día las mujeres ya gozan de mayores derechos, pero todavía falta mucho por hacer, ya que sin diferencia de raza, religión, cultura, situación económica, social o política, todavía miles de ellas viven en el maltrato y el menosprecio.
Recientes estudios nos indican, que la igualdad de la mujer beneficia principalmente a la mujer. Sin embargo, el aumento de un simple porcentaje en las estadísticas de escolarización femenina con enseñanza secundaria genera un crecimiento de la economía del 0,3 por ciento. Por desgracia, a menudo no se permite a las niñas acudir a la escuela en los países más pobres, precisamente aquéllos a los que más beneficiaría el crecimiento económico derivado de la participación de las mujeres en actividades económicas.
En las últimas décadas se ha avanzado mucho en términos de equidad de género. En el ámbito mundial, ha aumentado el acceso de la mujer a la educación y a una atención sanitaria adecuada; se ha incrementado su participación como mano de obra remunerada, y muchos países han adoptado leyes y reglamentos destinados a garantizar la igualdad de oportunidades de la mujer y el respeto de los derechos humanos. El mundo cuenta ahora con un número cada vez mayor de mujeres que participan como dirigentes en la sociedad de su país.
Sin embargo, en ningún lugar del mundo puede la mujer afirmar que disfruta de los mismos derechos y oportunidades que el hombre.
La mayoría de los 1.300 millones de personas que viven en la extrema pobreza en el mundo son mujeres.
Por término medio, la mujer percibe un sueldo entre un 30 y un 40 por ciento menor que el que recibe el hombre por el mismo trabajo.
Además, en todas partes, la mujer continúa siendo víctima de la violencia; la violación y la violencia doméstica siguen figurando entre las principales causas mundiales de discapacidad y mortandad de las mujeres en edad de procrear.
En el ámbito de los altos ejecutivos que perciben los sueldos más altos de las empresas de Fortune 500, los que ostentan los  títulos como presidente del consejo y director de operaciones. De este grupo, solo 6% son mujeres. Más significativo aún, apenas un 2% de los directivos son mujeres, mientras que ellas ocupan un 15% de los puestos en los consejos directivos de estas empresas.  En las 50 principales empresas que cotizan en la unión europea, las mujeres representan, en promedio, un 11% de los altos ejecutivos y 4% de directivos y presidentes de consejo de administración.
Entonces qué pasa; una reciente explicación, a lo que deben enfrentar las mujeres en el ámbito profesional, nos lo indica los que saben de estas cosas a través de la metáfora del laberinto, transmitiendo con ello la idea de un viaje complejo hacia una meta que vale la pena esforzarse. Pasar por el laberinto no es sencillo ni directo, sino que requiere persistencia, conciencia del propio progreso, y un cuidadoso análisis de las bifurcaciones que se avecinan. Hoy para las mujeres que aspiran a mejorar su calidad de vida, existen rutas, pero estas están llenas de giros y desvíos, previstos e imprevistos. Algunas barreras son: los vestigios de prejuicios, resistencia hacia el liderazgo de las mujeres. En Latinoamérica, los microcréditos para mujeres han ayudado a que miles de mujeres salgan de la pobreza que lacera nuestro continente. Sólo es cuestión de tiempo.

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