jueves, 16 de junio de 2011

Construyamos un Mundo Mejor (12 de Junio Día Mundial Contra el Trabajo Infantil)

El Gaviero

¿Qué Edad tendrá Usted en el 2050?
Construyamos un Mundo Mejor
(12 de Junio Día Mundial Contra el Trabajo Infantil)


Omar Williams López Ovalle

La pregunta que intitula esta entrega la formuló el año pasado una niña en la apertura de los trabajos para la revisión de la agenda mundial sobre el cuidado del medio ambiente en Naciones Unidas. 

Esta misma pregunta ha provocado la más profunda reflexión respecto del mundo que dejaremos a las futuras generaciones y en el tema de los derechos humanos constituye un punto de partida fundamental para la elaboración de las agendas en materia de protección a los derechos fundamentales de las personas.

¿En qué condiciones arribará la humanidad en el año 2050? ¿Qué estamos haciendo, o que estamos dejando de hacer para la construcción de un mundo mejor? 
El 12 de junio se celebra el Día Mundial Contra el Trabajo Infantil y el concierto de naciones demanda combatir de forma efectiva este flagelo que atenta contra las futuras generaciones. 

El trabajo infantil constituye una violación de los derechos de los niños y niñas, especialmente en el derecho a estar protegidos contra la explotación, al sano crecimiento, a la educación, al juego, a la cultura y el deporte, en síntesis, a desarrollarse plenamente.  En cualquier país, el trabajo infantil  es un serio obstáculo para el desarrollo social  y económico, ya que socava las competencias de su futura fuerza laboral  y favorece la transmisión de la pobreza y prolonga las desigualdades a través de generaciones.

Hay en el mundo 150 millones de niños y niñas de cinco a 14 años laborando, de ésos, 3 millones 600 mil son mexicanos.  En Aguascalientes el fenómeno se traduce en que casi 60 mil niños y niñas trabajan en diversas actividades que van desde las tareas agrícolas hasta en sectores como el comercio y servicios; la mayoría no recibe remuneración y carecen, desde luego, de protección y seguridad social.  La cantidad de niños y niñas trabajadoras en la entidad equivale prácticamente a la totalidad de trabajadores afiliados a las diferentes centrales obreras en la entidad.

De hecho, casi una tercera parte de los niños trabajan en actividades agropecuarias, el 47 por ciento en actividades de comercio y servicios, mientras que el 14 por ciento en la industria manufacturera, el seis por ciento en la industria de la construcción.

La principal motivación por la que los menores laboran es la de aportar a la economía familiar; sólo una tercera parte de éstos combina el trabajo con el estudio y en todos los casos en los que los niños y las niñas trabajan, cancelan la posibilidad de disfrutar de una infancia en condiciones mínimas de óptimo desarrollo.  

Una de las creencias más extendidas es que el trabajo infantil es inevitable. En cierto modo esta premisa es cierta, pero no por ello válida ni mucho menos aceptable.  Las necesidades económicas de amplios sectores sociales favorece la proliferación del trabajo infantil sin lugar a dudas, sin embargo, el abatimiento de la pobreza permitirá que nuestros niños y niñas acudan a las escuelas, a los parques, a los centros deportivos y culturales, en lugar de iniciar su vida laboral que seguramente les encadenará a los eslabones de menor productividad e ingreso de la economía, con la condena casi segura de seguir viviendo en la pobreza.  

¿Qué estamos haciendo para darle a nuestra niñez una vida más digna, despojada de la obligación de trabajar, en lugar de estudiar y jugar como lo mandata la constitución y todos los tratados internacionales en el tema?

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