lunes, 27 de febrero de 2012

Trabajadores y sus Derechos

El Gaviero
Trabajadores y sus Derechos

Por Omar Williams López Ovalle

 La semana pasada, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) firmó un convenio con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) mediante el cual se establecen las bases de cooperación para avanzar en la difusión, promoción y defensa de los derechos  laborales.
Esta línea de acción resulta de la reforma constitucional de junio pasado en la que se faculta a los organismos públicos de derechos humanos a conocer y defender los derechos laborales de los trabajadores.

Aguascalientes ya había puesto el ejemplo a nivel nacional siendo la primera entidad del país en firmar un convenio de este tipo entre la Comisión Estatal de Derechos Humanos  y la Confederación  Regional de Obrera Mexicana (CROM).

El tema en sí es muy relevante dado que históricamente las comisiones de derechos humanos en México no estaban facultadas para conocer de quejas sobre violaciones en los centros laborales.  Hoy el escenario es más halagüeño para los millones de trabajadores en el país que siguen siendo objeto de violaciones a sus derechos fundamentales.

  Derivado de este convenio entre la CEDH y la CROM, han sido atendidos tres casos en los que la central obrera ha hecho del conocimiento a la comisión estatal sobre violaciones a derechos laborales de trabajadores y nuestra participación ha sido exitosa en los tres casos, ya que no solo se evitó que las trasgresiones a los derechos de los trabajadores continuaran sino que se logró la reparación del daño.

Cabe destacar aquí la gran sensibilidad de los empresarios quienes en todo momento expresaron sensibilidad y disposición a rectificar medidas adoptadas que violentaban los derechos de sus trabajadores.

El acuerdo firmado en México por el Ombudsman nacional, Doctor Raúl Plascencia Villanueva  y Thomas Wissing, director de la Oficina de la OIT para México y Cuba, pone de relieve este tema cuyas implicaciones obligarán a todos a cambiar una serie de paradigmas en los que, en otra época los sindicatos hubieran aludido autonomía y habrán cerrado la posibilidad de establecer un trabajo conjunto para beneficio de los propios trabajadores y sus familias.

En el caso nacional, ambas instituciones se comprometieron a coordinar programas de formación y sensibilización así como a participar en acciones que fomenten la cultura de la legalidad y el respeto a los derechos de los trabajadores.

En el futuro, no muy lejano, será necesario aventajar el desarrollo de políticas públicas orientadas a mejorar las condiciones de los trabajadores y será necesario institucionalizar la protección de las mujeres y los hombres en los centros de trabajo; los tribunales habrán de establecer sus análisis jurídicos a la luz de privilegiar los derechos humanos por encima de cualquier otro interés y ello dará como resultado mejores condiciones de trabajo en el país.  Ese futuro, repito, no está lejos.

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