miércoles, 15 de mayo de 2013


El Gaviero


Las 22 horas




Por Omar Williams López Ovalle



La cuarta en su mandato y la primera en la presidencia de Enrique Peña Nieto, Barack Obama llegó puntual a su cita a nuestro país y se instaló en una de las ciudades más inseguras del mundo. No fue gratuito el amplio dispositivo de seguridad ni las medidas restrictivas, sinembargo, su presencia en nuestro país fue bastante oportuna para todos.
Los temas abordados ya fueron en su momento noticia, sin embargo, prevalecen amplias expectativas en los renglones como migración, a propósito de que en Junio Estados Unidos revisará y en su caso aprobará la tan anhelada reforma migratoria que en sí misma podría constituir un significativo avance en el tema de los derechos humanos al regular un fenómeno que ha rebasado con mucho y desde hace muchos años, a ambos gobiernos.
En su discurso, pronunciado en el Museo de Antropología, el presidente norteamericano se refirió hizo un reconocimiento de un México diferente, de un México con un nuevo rostro ante las naciones y de un México plantado en el camino del desarrollo.
Hizo múltiples reconocimientos como por ejemplo cuando dice que “a pesar de los fuertes lazos y valores que compartimos, a veces las actitudes, en ambos países, están aferradas a los viejos estereotipos. Algunos estadounidenses solo visualizan a México citado en titulares sensacionalistas de violencia y de gente que cruza la frontera. Es posible que algunos mexicanos piensen que los Estados Unidos no respetan a México, que nosotros tratamos de imponernos a la soberanía mexicana o, por el contrario, que queremos mantenernos al margen de la situación. Y, en ambos países, esas distorsiones pueden fomentar mitos y malentendidos que solo dificultan el hecho de poder progresar juntos”
“He venido a México porque es hora de dejar a un lado las predisposiciones mentales de antaño. Es hora de reconocer las nuevas realidades, incluyendo el progreso impresionante en el México de hoy. Ya que, incluso a medida que los mexicanos continúan haciendo sacrificios valientes por la seguridad de su país; incluso a medida que los mexicanos en las áreas rurales y en los barrios no lejos de aquí luchan por darles una mejor vida a sus hijos…también es obvio que está emergiendo un nuevo México”.
Justo el empate de visiones es el factor que hará posible acuerdos más equilibrados y de beneficio para ambas naciones.
En el tema de reconocimiento sobre el fenómeno de la violencia, el mandatario estadounidense fue claro en reconocer que gran parte de los crímenes que suceden en México ocurren con armas de fabricación norteamericana y que los amplios flujos de narcóticos prevalecen debido al enorme mercado de consumidores que hay en Estados Unidos.
En el tema de los derechos humanos, este reconocimiento de nuevas realidades abre la expectativa para destrabar temas como el migratorio que de llegarse a dar, abriría las posibilidades de brindar justicia a millones de migrantes que viven en Estados Unidos pero que son tratados como ciudadanos de cuarta; sus derechos son violentados desde las instituciones y el Gobierno y que sería oportuno que se les reconocieran todos sus derechos tal y como lo establece la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

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